Festival Provincial de la Tradición y Artesanía de San Miguel - 2006
San Miguel prepara una nueva muestra de música y artesanía
Con el lema “Música y Artesanías, Unidas en Defensa de Nuestro Acervo Nativo” se realizó este fin de semana la IV Edición del Festival Provincial de la Tradición y Artesanía, con la participación de destacados artistas del folclore y artesanos del NEA, quienes exponen y comercializan sus productos.
San Miguel, desde el año 2003 es Sede Permanente del Festival Provincial de la Tradición y Artesanía, por Ley N ° 5.446, cuyo proyecto fue elaborado y presentado por los docentes Ramón Ibarra, Bartolomé Ibarra y una comisión Inter-barrial, en reconocimiento a más de 30 años de defensa y conservación de la cultura folclórica, en especial la chamamecera. A ello se le suma la silenciosa labor de artesanos, quienes con sabiduría y sentimiento moldean sus productos con cueros, lanas, tacuaras y maderas.
Los antecedentes de este festival tiene como protagonistas a barrios, docentes, alumnos, tutores, padres y anónimos colaboradores.
Los orígenes
El Primer Festival de la Tradición de carácter Inter-barrial se realizó durante los primeros años de la década del 70, en el “Promocentro”, con la participación de los barrios Rincón Florido, Sol Naciente, Bravo, Progreso y más tarde Centro -informe del diario El Litoral, 15 de noviembre 1971, página 16-.
Anteriormente ya en las escuelas, cada 11 de noviembre alumnos y docentes recordaban el Día de la Tradición.
En el año 1967, se realizó uno de los primeros espectáculos folclóricos público, en la plaza 9 de Julio, actualmente Complejo Polideportivo, a cargo de estudiantes secundarios, dirigidos por la docente Cristina “Titina” Báez.
En esa misma década surgió la Peña “Ibera Poty”, conformada por jóvenes estudiantes y profesionales -en su mayoría docentes- con el fin de defender y difundir la cultura folclórica.
Esta peña fue iniciada por “jóvenes que buscábamos divertirnos sanamente y difundir nuestra cultura”, señala Lucas Ríos, integrante de la comisión fundadora de la peña.
La presentación en sociedad “la hicimos con baile y comidas típicas en la casa de la señora Rosario de Alcaraz y todos los sábados por la tarde nos reuníamos en el Promocentro a practicar baile, zapateo, canto, guitarra y recitado”, recuerda emocionado Ríos.
Luego “decidimos organizar un festival de la tradición en forma conjunta con el Promocentro, es así que comienza el Festival Inter-barrial, con la participación de Sol Naciente, Rincón Florido, Progreso, Bravo y Centro, que se realiza hasta el año 1976 y en el cual la docente Wilda ‘Ita’ de Eced, junto a su personal del Promocentro fueron grandes promotores del evento”.
La comunidad sanmigueleña “colaboraba desinteresadamente prestando indumentarias, asistiendo y apoyando este tipo de espectáculo”, señala Ríos.
El “Promocentro”, que luego se denominó Instituto “Paula Albarracín de Sarmiento”, institución secundaria, orientada a la formación de oficios femeninos hoy de carácter mixto denominado Instituto “San Miguel Arcángel”, fue el escenario inicial del Festival de la Tradición Inter-barrial. En 1976, la Municipalidad se hace cargo de la organización del festival, realizándose desde entonces y hasta la actualidad en el Complejo Polideportivo.
El recitado, el sapukay, las ropas tradicionales, el zapateo, los carros tirados por caballos paseando por el pueblo a las guainitas, los cánticos de aliento a cada barrio, el fanatismo, los ensayos en patios de tierras, y los pedidos de permisos a cargo de una señora mayor a los padres de las bailarinas para los ensayos, fueron las características del momento.
Los inicios del Festival de San Miguel
Durante los últimos años de la década del 60 en el patio de la casa de la familia Ibalo, los hermanos Ibalo, junto a José María Dejesús, conforman e inician el cuerpo de baile del barrio Rincón Florido.
“Recuerdo que primeramente practicábamos en el patio de casa, mis hermanas Gloria y Cristina estaban a cargo del grupo de mujeres e infantil; y de la confección de los vestidos; con mis hermanos estábamos a cargo del grupo de varones; y mi madre Carlina era la encargada de pedir permiso a los padres de las bailarinas para asistir a los ensayos, además de regresarlas a sus casas en el horario indicado por los padres”, señala uno de los iniciadores, Armando Ibalo.
En la primera presentación se llevaron el ochenta por ciento de los premios: “Guainita: Rita Zalazar, Mejor delegación, Solista de canto y Mejor conjunto musical”.
Luego los ensayos se realizaron en la pista de baile “El Rosedal”. Entre sus primeros bailarines se encontraban Luis “Luicho” Barreiro; Vicente y “Tanicho” Ibalo; Ángela Rodríguez, como recitador Miguel Raúl Barreiro, y zapateadores José María Dejesús y Armando Ibalo.
Además, “antes de la presentación recorríamos el pueblo y el campo buscando bombachas, botas, cintos, sombreros, con los cuales la gente colaboraba, en especial el capataz Benicio Ortiz, quien desinteresadamente prestaba su indumentaria”, recuerda Ibalo. Paralelamente bajo la coordinación de la docente Cristina “Titina” Báez y un grupo de vecinos, surge el barrio “Bravo”. Su primera guainita y representante de San Miguel en el festival de Santo Tomé, Nasla Alegre, recuerda: “En esa época sentíamos amor hacia el barrio, ir a bailar a otro, al cual no pertenecías significaba recibir la silbatina del público, las guainitas recorríamos las calles del pueblo en carreta, sabíamos la idiosincrasia y la historia de nuestro barrio y del pueblo, representábamos a la mujer de campo de manera natural, sin maquillaje”.
Sus primeros bailarines entre otros, fueron Alberto Navarro, Ana Esquivel, “Tumbicho” Flores; las hermanas Carmen, María Laura y Ana María Camino, destacándose esta última en recitado.
En la misma época, en el otro rincón del pueblo, donde nace el sol, en la casa de Cesáreo Salguero, nace el barrio “Gaucho Argentino”, que luego se denominó “Sol Naciente”, y es dirigido hasta la actualidad por la docente Andrea Salguero, acompañada por su hija Marisol Navarro.
El barrio se caracteriza por “demostrar en el escenario el baile, el zapateo y la vestimenta tradicional”, señala Salguero. “Consideramos que ésa es nuestra mejor manera de seguir respetando y difundiendo nuestra tradición, en tiempos en que se pierde la esencia de lo tradicional en el escenario Sol Naciente se va a seguir apostando por nuestros orígenes”, agrega Marisol. Se han destacado como bailarines Berta Enríque, Braulia Acosta, Greny Avalo, Lucas Ríos, entre otros.
Los ensayos hace 34 años se realizaban en la casa de la familia Salguero Navarro. “Recuerdo que en los inicios buscábamos discos para los ensayos, pedíamos a profesores de música que vengan a vernos practicar, para así mejorar cada año; y tenemos un gran valor por las vestimentas, por ejemplo un vestido usado por Marisol hace más de 20 años fue utilizado años atrás por su pequeña hija, es una manera de revalorizar lo nuestro”, destaca Salguero.
En el año 1971, también hace su presentación el barrio Progreso, según su libro de actas, sus iniciadores fueron Juan Franco, doña “Tiqui”, Irma de Ruidíaz, Domingo Ferro, entre otros.
Durante varios años consecutivos fueron premiados por zapateo, guainita y estampa costumbrista, donde representaban “la yerra, el cumpleaños del viejo, la curandera, el cau”, destacándose en el armado y representación Raúl “Lito” Galiana, Neris Salvador, Carlos Montenegro y “Pichón” Aguirre, entre otros.
El destacado zapateador del barrio Félix “Pachón” Arriola, recuerda “al baile, al canto y al zapateo le poníamos pasión, sentíamos al chamamé y eso lo demostrábamos en el escenario”. A lo que agrega la delegada Ida Arriola: “Nuestros primeros bailarines fueron Isabel Rey Alegre, Gumersindo Ríos, Amalia y Carmen Ruidíaz, Nelly González, Wilda Ramírez, Celina Morales, entre otros, quienes junto a la guainita paseaban por el pueblo en el carro-rancho, en cada esquina se hacía un alto y a través del canto, el baile, la poesía y el sapucay recordábamos nuestra tradición”.
Más tarde nace el barrio Centro, fue formado por los hermanos Victoria y José María Dejesús, junto a Deidamia Franco. El lugar de ensayo era la casa de la familia Dejesús, en el cual no sólo participaba la gente del pueblo, sino también de la zona rural. “Recuerdo que teníamos bailarines que venían todos los días a caballo desde Montaña”, señala Demecia Dejesús. Aquí se ha destacado como recitadora la profesora Luisa “Yiya” Barriola.
Esos barrios fueron los protagonistas de los primeros festivales de la tradición. Con la expansión del pueblo, surgen: “Juventud”; “30 Viviendas”; “Itatí”, “La Lomita”, –los dos últimos se desprenden de Progreso– y la Agrupación “Auténticos”. Entre todos cada 10 de noviembre suben al escenario a mostrar las imágenes del pasado gaucho y a revalorizar nuestra cultura.
Fuente; Nora Giménez Y Guillermo Obregón
Diario – La República – sábado 28 de enero de 2006